The Witcher 3: Así es cada taberna del juego
Han pasado casi tres años desde que The Witcher 3: Wild Hunt llegó a nuestras vidas y no solo se convirtió en uno de los grandes juegos de la generación, sino que también se ha consolidado como uno de los mejores RPGs de todos los tiempos. Su mundo es enorme y está repleto de cosas que hacer, pero lo más curioso de todo es que muchas de las mejores actividades están ocultas dentro de las tabernas de los Reinos del Norte.
Misiones secundarias, charlas, partidas de Gwent, peleas de puños, comercio con mercaderes y, claro está, alcohol para que nuestro amigo Geralt de Rivia pueda olvidar sus penas. Ahora nuestros compañeros de Kotaku han conseguido visitar todas y cada una de las tabernas del videojuego de CD Projekt RED y las han valorado según las cosas que se puede hacer en ellas y su aspecto. Así es cada taberna de The Witcher 3.
Huerto Blanco
Posada de Huerto Blanco: Una parada inconsistente (2/5)
Velen y Novigrado
Taberna Lindenvale: Un refugio local poco acogedor (1/5)
Posada de la Encrucijada: Cuando no quieres beber en casa (1/5)
La Alquimia: Un sorbo mientras compras (3/5)
Cunny del Ganso: Diversa y divisiva (2/5)
Posada Siete Gatos: Una escapada en el campo, pero trae medicación para la alergia (3/5)
El esturión dorado: Un respiro de aire de mar en plena ciudad (4/5)
El Rey Pescador: Un castillo de cultura y clase (5/5)
Ninguna parte: Un lugar en el que estar (2/5)
Skellige
Posada Harviken: Donde todo el mundo conoce el nombre del resto pero nadie quiere saber el tuyo (2/5)
El Salón del Guerrero: Toma un refrigerio con los chicos (3/5)
Posada Puerto Urialla: Donde nadie es extranjero (4/5)
Posada Arinbjorn: El peor bar de Skellige (1/5)
El nuevo puerto: Algo viejo, algo nuevo (5/5)
Posada Svorlag: Nada sobre lo que escribir en tu vuelta a casa (2/5)
Toussaint
El Faisán: Donde la fiesta nunca termina, aunque tú quieras que lo haga (3/5)
Taberna Los zuecos inteligentes: Una faisanería para los faisaneros (2/5)
El Cardenal Escarlata: El lugar más mono donde hacer brunch en Toussaint (5/5)
Vinería Adder y Jewels: Un fin de semana en el país del vino sin dejar tu casa (4/5)
Posada El barril y el bitoque: Un refugio local que podría estar perfectamente encantado (3/5)
El bar en el terreno del torneo: No tiene nombre, pero tampoco lo necesita (3/5)
Posada del cocatriz: El paraíso de los excursionistas de un día (3/5)
Albergue Cepillo rojizo: El paraíso de los artistas que no quieren estar mucho tiempo en este mundo (4/5)
Posada La salamandra plateada: El lugar donde se celebrará tu boda (4/5)