Alien: Romulus es muy buena, pero cometió el error más común de muchas secuelas
Alien: Romulus tenía todo para ser perfecta, pero han metido la pata en un error que, lamentablemente, es muy común

Todos estamos increíblemente emocionados con la más reciente entrega de la franquicia Alien, en especial gracias al talento de Fede Álvarez, quien parecía ser el más adecuado para la película, así como las estrellas de la plantilla. Y si bien no era la última franquicia que tenía un reinicio suave recientemente, la mayoría de estas cometieron el error de arrojar imágenes nostálgicas a la pantalla con la esperanza de distraer la atención de los elementos atlantes del guion.
Alien: Romulus, no llegó a este extremo, ya que proporciona una historia nueva de Aline que hace que valga la pena y resulta ser muy convincente, pero, aun así cayó en la vaga obligación de agregar imágenes fan service que arruina la película de acción y terror que, de otro modo, habría sido sólidamente épica.
Álvarez exageró con el fan service en Alien: Romulus

Los guiños excesivos pueden ser perjudiciales para la narrativa
Jugar con la base de fans en una franquicia no es malo, se puede rendir homenaje a varios momentos y personajes sin abusar de ello. Pero, Alien: Romulus estaba pensada como una repetición más discreta de la primera película de alien que sigue a un pequeño grupo de personas a través de una nave infestada de monstruos, no necesita la reintroducción época de elementos familiares como Ian Holm resucitando como Rook.
Dejando de lado el debate de resucitar actores muertos, esto es más bien una inclusión forzada que confundirá a los nuevos espectadores que no recuerden a su personaje en la película de los 80 y terminará perturbando a aquellos que sí lo recuerden. Y por supuesto, también elimina la posibilidad de tener a un nuevo personaje icónico que pueda ser interpretado por un nuevo actor.
Y hay muchos otros ejemplos donde sucede lo mismo, desde la estructura completa de la película que recuerda mucho a la original, hasta el híbrido alienígena humanoide de Alien: Resurrección (1997). Pero no nos malinterpreten, las referencias no son un pecado capital en las películas de franquicia, pero se vuelve especialmente atroz cuando el personaje de esta película, se pone atuendos similares, usa armas parecidas y hace poses idénticas a los que hizo Ellen Ripley al final de Alien.
Además de que claro, recrea las últimas escenas de la película en lugar de ramificarse en algo más original. Y en lugar de crear su propia esencia, termina sacando a la audiencia de la película y eliminando toda la tensión de lo que podría haber sido un final más emocionante y característico.
Si sacamos el fan service de la ecuación, Alien: Romulus es una película fantástica

Aun así, Alien Romulus es una muy buena película
La razón por la que esto es tan decepcionante es que han desaprovechado potencial de una historia que podría haber brillado por sí sola. La película, especialmente en su primera mitad, ofrece una experiencia sólida con personajes cautivadores como Rain y Andy, interpretados de manera sobresaliente. Las secuencias de terror son efectivas y la ambientación es inmersiva, y han logrado crear lo que se había esperado: una atmósfera opresiva, claustrofóbica y realista. Sin embargo, la película termina por estrellarse al recurrir a guiños excesivos de las entregas anteriores de la saga.
Mientras que en la primera parte, Romulus logra construir una narrativa sólida y original, la segunda mitad se ve ensombrecida por referencias y clichés que resultan forzadas y poco naturales. El problema es que las referencias en Romulus carecen de contexto y significado, convirtiéndose en simples guiños al fanático que sí los reconoce, pero que aun así, terminan por interrumpen el ritmo de la historia. Resulta lamentable que una película que es lo suficientemente buena por sí sola llegué a dudar de su propia identidad, oscilando entre una propuesta original y un homenaje poco inspirado a la franquicia.
Lo cierto es que la película pudo haber sido una entrega valiosa a la saga si hubiese confiado en su propia narrativa y no hubiese caído en el error más común de muchas secuelas en general, aunque de igual forma es un largometraje que muestra destellos de brillantes y que, sin duda, es una buena adición para la filmografía de Álvarez.