Esta ha sido la película más difícil de Leonardo DiCaprio en toda su carrera
Si bien el actor italiano ha encarnado a personajes complicados, existe uno que lo llevó al límite, por lo que lo considera el más desafiante de su carrera

Leonardo DiCaprio ocupa un lugar privilegiado en la lista que reúne a los mejores actores del momento. Parte de ello se debe al nivel de compromiso y entrega que ofrece en cada uno de sus personajes. De esta forma, lo hemos visto desde experimentar una transformación física radical para asumir el rol de Howard Hughes en El aviador 2004 y hablar con acento sudafricano en Diamante de sangre (2006), hasta comer carne animal cruda para contar las proezas reales de Hugh Glass en El renacido (2015). Sin embargo, el actor considera que participar en J. Edgar (2011) ha sido uno de los más grandes retos de toda su carrera.
El estrellato de DiCaprio está principalmente basado en la manera en la que se involucra en sus papeles, una cualidad que le ha permitido trabajar de la mano con muchos de los directores más destacados de la industria, entre ellos, Clint Eastwood.
¿Qué tiene de especial J. Edgar?

La profunda investigación y los impactantes resultados fueron lo más difícil del papel
Este drama basado en hechos reales, muestra el apasionante retrato de un hombre contradictorio. A través de una historia inmersiva, J. Edgar ofrece una visión profunda de la vida del infame director general del FBI. De esta manera, no se limita a la historia que todos conocen, sino que explora detalles importantes sobre sus relaciones personales.
Por ello, la película no solo se enfoca en explicar el origen de la reputación de Hoover y de sus despiadados métodos para garantizar la seguridad nacional, sino que aborda la temperamental relación que tenía con su madre y deja en evidencia el romance sostenido con Clyde Tolson,
En este sentido, DiCaprio tuvo que investigar mucho y prepararse. De acuerdo a sus propias declaraciones, el actor aseguró haberse sorprendido con el impacto que Annie Marie Hoover tuvo sobre su hijo, al punto de convertirse en la fuerza impulsora de muchas de sus decisiones personales y políticas.
Trabajar con Clint Eastwood es una tarea titánica
De igual modo, DiCaprio catalogó a Eastwood como un director desafiante, ya que el cineasta presume de un estilo de filmación único, caracterizado por seguir un ritmo acelerado y alarmante.
Asimismo, la tendencia a negarse a decir “corte” o “acción” durante el rodaje, convirtió a la producción en una subida de adrenalina. Probablemente, esto mismo sintió Bradley Cooper en El Francotirador (2014), considerada una de las mejores películas ambientadas en la guerra disponibles en Netflix.
Por otra parte, Eastwood acostumbra a priorizar la espontaneidad, de esta forma, es necesario mantenerse alerta ante la falta de demasiados ensayos. A ello se sumó el tiempo de maquillaje para rodar las escenas finales donde Hoover es mayor y un estricto cronograma de rodaje, el cual lo obligó a la necesidad de ser consciente del personaje, es decir, conocer muy bien tanto su historia, como sus motivaciones, antes de empezar la filmación.
J. Edgar no ha sido correctamente valorada

Desearíamos que la película tuviese una revaloración por parte de la crítica
A pesar de no estar a la altura de Sin perdón (1992) y Million Dollar Baby (2004), J. Edgar tiene lo necesario para considerarse una de las grandes producciones del director. Hablamos de un drama histórico perfectamente ejecutado, complejo, fascinante y lleno de capas.
La manera en la que aborda la historia de Hoover con credibilidad, inteligencia y buen gusto, se combina con la controvertida perspectiva del director y la habilidad de DiCaprio para retratar los dos ángulos de la personalidad y comportamiento del personaje, el que mostraba en la privacidad y el que lo definía en público.
Gracias a ello, resulta mucho más subversivo e interesante de lo que se le ha reconocido. A diferencia de otras producciones, J. Edgar va más allá de una panorámica de los momentos más destacados del personaje. Su verdadero objetivo fue desentrañar sus inseguridades como persona y los motivos que lo condujeron a convertirse en uno de los agentes de espionaje más agresivos de Estados Unidos.
Mediante este enfoque, si bien Hoover se ganó a pulso su reputación de despiadado y cruel, el retrato que ofrece DiCaprio en J. Edgar es de una persona solitaria que enfrenta las consecuencias de un desarrollo detenido. Otro aspecto que hace que valga la pena ver la película radica en que el tercer acto, deja al descubierto que parte de su legado está levantado sobre mentiras y mucha propaganda.