Gandalf recorrió toda la Tierra Media, pero ¿dónde vivía realmente?

Jamás se mostró el hogar del Mago Gris y Tolkien dejó claros los motivos

Gandalf recorrió toda la Tierra Media, pero ¿dónde vivía realmente?
Gandalf viajaba por la Tierra Media constantemente
Publicado en Cine
Por por Luis Pérez

Gandalf es uno de los personajes claves del universo de Tolkien, ya que en su infinita bondad estableció relaciones de amistad con todas las razas ayudándolas a luchar contra el mal de Sauron. Esto hacía que nunca le viéramos frecuentar un lugar concreto demasiado tiempo como al resto de sus compañeros istari.

gandalf

Gandalf mirando el horizonte

Radagast habitaba los bosques, ya que poco a poco se quedó enamorado de la naturaleza, y Saruman Isengard, la imponente torre que representaba su liderazgo como el Mago Blanco, un rango que terminaría siendo para Gandalf. Pero en las películas el personaje de Ian McKellen no regresa a ninguna torre ni aldea tras sus emocionantes aventuras, lo que nos hace preguntarnos: ¿Gandalf tenía un hogar?

Jamás se mostró el hogar del Mago Gris y Tolkien dejó claros los motivos

La respuesta es sencilla, no. La realidad es que los libros no mencionan demasiado acerca de la vida personal de Gandalf, pero sí concretan que no tenía ninguna casa donde residiera. En los Cuentos inacabados de Númenor y la Tierra Media, Tolkien afirma que Gandalf era un ser libre que cruzaba la Tierra Media de este a oeste haciendo amistad con todo aquel que necesitaba su ayuda, de hecho los elfos le llaman "Mithrandir", cuyo significado es "Peregrino Gris".

Radagast

Gandalf y Radagast en El Hobbit

Lo cierto es que tiene sentido que Gandalf no necesitara un hogar, y es que fue el único istari que cumplió su misión. Una misión que no requería poseer una casa en ninguna parte de la Tierra Media, ya que consistía en liberar a los pueblos de una maldad que envenenaba todo el territorio. Desde su viaje a Dol Guldur, hasta sus estancias en Rivendel o la Comarca, Gandalf centraba sus esfuerzos en derrotar a Sauron y sus tropas.

Una de las cosas que hizo fracasar a Radagast o a los Magos Azules fue su exceso de comodidad en algunas zonas, lo que hacía que se alejaran de la realidad de su cometido y terminaran fallando a los Valar, que decidieron mandar un último mago, Gandalf. Quedarse en posadas como la de El Pony Pisador o confiar en la hospitalidad de sus amigos enanos, hobbits y hombres, era más que suficiente para un maiar que solo debía ayudar a los demás.

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