Hank Azaria se sintió realmente intimidado por Al Pacino en este clásico thriller criminal

La intensidad de Al Pacino es suficiente para amilanar a cualquier actor, sobre todo, si está dando sus primeros pasos en la industria

Hank Azaria se sintió realmente intimidado por Al Pacino en este clásico thriller criminal
Una escena de está icónica película pasó a la historia gracias a la actuación de Al Pacino
Publicado en Cine

En ocasiones, el nivel de entrega de los cineastas puede parecer exagerado. Así quedó demostrado con el enfrentamiento entre Hollywood y el crimen organizado para lograr el rodaje de El Padrino (1972), o la vez en la que Alfred Hitchcock fue investigado por el FBI debido a una de sus películas. Sin embargo, los directores no son los únicos que toman riesgos, también lo hacen las grandes figuras de la actuación y Al Pacino ha sido especialista en el uso de métodos poco convencionales al momento de emprender cada proyecto.

Esta actitud afectó particularmente a Hank Azaria durante la filmación de Heat (1995), el thriller policial dirigido por Michael Mann. Para ese momento, la carrera del actor y comediante estadounidense aún no había terminado de despegar, lo que hizo mucho más intimidante la experiencia.

Un grito improvisado de Al Pacino sorprendió a Hank Azaria

No es un secreto, Pacino es conocido por la manera en la que se sumerge completamente en el personaje. Su interpretación del detective Vincent Hanna no fue la excepción. Sin complicaciones, logró retratar la imagen de un hombre obsesionado con su trabajo.

Aunque se trata de un thriller policial lleno de momentos memorables, un arrebato producto de la presión fue el responsable tanto de una de las escenas icónicas, como de generar asombro total en Hank Azaria, quien estaba a cargo de interpretar a Alan Marciano, el personaje que sostenía un romance con Charlene Shiherlis.

Además de lo que significaba compartir escena con un artista de amplia trayectoria como Pacino, Azaria no contaba con la impactante improvisación que estaba a punto de presenciar.

El estilo de dirigir de Michael Mann tuvo parte de la culpa

Heat presume de ofrecer una de las mejores escenas de la historia del cine, al ofrecer el encuentro de dos estrellas icónicas de Hollywood. Asimismo, de tener un director que acostumbra a filmar múltiples tomas.

De acuerdo a las declaraciones ofrecidas a través de Variety, más allá de sus propias preferencias, utilizó la estrategia para sacar el máximo potencial de Al Pacino. Durante la entrevista, el cineasta aseguró que el actor nunca consigue sus mejores escenas en la primera oportunidad. De hecho, la toma ideal suele llegar entre el quinto y sexto intento.

Si bien algunos directores no comparten esta forma de trabajar, como el caso de Clint Eastwood, que acostumbra al uso de la primera toma. En el caso de Heat funcionó a la perfección, ya que hablamos de una de las líneas imposibles de olvidar.

De la intimidación al asombro

Al pacino Heat

La actuación de Al Pacino logró crear una escena icónica

Debido a su poca experiencia, Azaria no estaba completamente preparado para enfrentar el duro desafío de las múltiples tomas del director, así como tampoco para escuchar la frase que salió de la boca de Pacino. De esta manera, se sentía un poco abrumado desde el inicio.

En la escena, Marciano debía ser obligado por Hanna a admitir su aventura con Shiherlis. De acuerdo con el plan original, la línea del actor era: "porque tiene un gran trasero". Pero, después de repetirla y repetirla decenas de veces, terminó gritando la inmortal frase: "porque ella tiene un gran trasero y tú tienes la cabeza metida hasta el fondo".

En el programa televisivo que Azaria compartió con Howard Stern aseguró que el arrebato de Pacino le causó asombro genuino. Probablemente, la sensación fue mucho más intensa debido al momento que estaban viviendo, ambos actores se encontraban prácticamente aburridos después de tantas tomas, y el cambio en el diálogo cambió por completo el panorama.

De esta forma, el terror en la mirada de Azaria es totalmente real, al igual que el "Dios mío" que salió de su boca. Lo más curioso del caso no es la tranquilidad de Pacino para cambiar sus líneas, sino que Mann tenía conocimiento pleno de la intención del actor, pues, anteriormente, le había comunicado sus ganas de hacer la escena un poco más salvaje.

Desafortunadamente, para él, Azaria apenas estaba dando sus primeros pasos, por consecuencia, desconocía los métodos tanto del director como de la estrella protagónica. Su cara de sorpresa habla por sí misma. Aun así, como ya lo mencionamos, esta sorpresa genuina dio origen a una de las mejores escenas del cine.

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